Mi nombre es Carlos de la Fuente, los muchos que ya me
conocéis sabéis que mi sueño es el periodismo deportivo. Desde que era un niño
siempre me encantó escribir, y además el fútbol es mi pasión.
Toda mi vida he luchado para poder llegar a la carrera de
periodismo y hace apenas un mes que recogí los frutos del trabajo realizado.
Llegado el momento, todo tendría que ser bueno, pero tengo unos sentimientos
encontrados con respecto a la profesión que quiero desarrollar en mi futuro.
El periodista, para mí, siempre fue aquel hombre o mujer que
luchaba por conseguir una noticia, preguntaba, leía, se preparaba y aprovechaba
cualquier resquicio para poder sacar artículos de interés general. La lucha del
pueblo desde un punto más poderoso.
En cuanto al periodismo deportivo (qué es a lo que me quiero
dedicar), me fascinaba oír por las noches debates sobre el juego de tal equipo
o la mala gestión de un equipo de fútbol. Pero todo esto ha cambiado...
No quiero faltar el respeto a nadie, pero en la actualidad,
en mi opinión, el periodismo deportivo se ha devaluado de una manera
denigrante. Se han dejado pisotear hasta conseguir que esta rama se convierta
en una prensa rosa en el que los ideales se han quedado más raquíticos que
Adrien Brody en el Pianista.
Cristiano Ronaldo (Mi opinión personal sobre el me la
reservo) y sus preguntas tras el partido de Malmoe solo dejaron, aún más claro,
en el escalón en el que se encuentra ahora mismo el periodismo deportivo. De
las 10 preguntas que le hicieron los medios españoles, más de la mitad fueron
sobre Kevin Roldan y Piqué.
El luso llevaba mucho tiempo sin hablar con la prensa
española por esto mismo y el miércoles, tras convertirse en el máximo goleador
del club más laureado de la historia (aunque por condición colchonera sabéis
que no me gusta decirlo) y en vez de aprovechar este momento histórico para hacer interesantes
cuestiones, los periodistas deciden que hay que preguntar sobre hechos de la
temporada pasada. ¿Para qué? Para sacar tajada, para hurgar en la herida, que
Cristiano entre al trapo y los debates de pedreroles y algunos más tengan para trabajar
durante 3 años y medio.
Este ejemplo es el más próximo, pero por desgracia es uno de los muchos con los que nos ametrallan semana tras semana. Es triste, que esta sea la tónica que se vaya a llevar ahora
en el periodismo deportivo. Pero más triste es aún que los periodistas se
tengan que bajar al pilón (hablando en plata) si quieren ser reconocidos en un
medio público.
¿Y ahora qué?
En unas de mis múltiples noches de debates interminables con
un gran amigo, salió el tema del periodismo. Él me dijo una frase que se me ha
quedado marcada. Decía esto: “Entonces
Carlos, lo que tienes que pensar es donde está tu límite ético, estudiar para
ser un periodista con ideales claro y no dejarte pisar por ningún mandamás, o
ser uno más de los que se suman al barco del populismo, prensa rosa y debates
interminables sobre patochadas de si Cristiano dijo algo en el campo o si Messi
echa la bronca a un compañero que no le pasó la pelota.”
Está claro que el periodista debe informar sobre lo que
pasa, y en el deporte no se queda atrás. Pero otro tipo de periodismo es
posible. Por ahora lo tengo claro, seguir un camino limpio sin subirme a ningún
barco y con ideales claros: Contar
historia, entretener a la gente y expresar las emociones que me produce este
deporte”.
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