miércoles, 2 de julio de 2014

Crónica Bélgica 2-1 Estados Unidos #Mundial2014

AQUÍ NADIE SE RINDE


El Mundial de los porteros. Hoy Howard. El Mundial de las prórrogas. Hoy, otro partido de 120 minutos. Y entre medias, una tónica que se viene dando durante el período de eliminatorias de Brasil 2014. Los equipos compiten, no se guardan nada. Encuentras sus filones, sus posibilidades, sus armas. Al final, los primeros de cada grupo, sufriendo mucho y más aún, son los que pueblan los cuartos de final. Los favoritos. Esta noche en Salvador de Bahia se volvió a dar este guión.

Se llegó al medio tiempo con envites por parte de ambos equipos. El dominio era difuso y alternativo, con idas y venidas con las que Bélgica se sentía más cómoda pero, al no transformar sus oportunidades, dejó crecer a los estadounidenses, equipo competitivo como pocos. Pese a no tener oportunidades claras, sí inquietaron a una selección belga que parece algo inocente aún.

Salieron los belgas como los viriles jóvenes que son. Cual universitario en celo, quieren hacerse con todo lo que se les ponga delante. Se atisbó en el primer minuto. Un pase en profundidad a Origi propició, previo control orientado del potente delantero, la primera oportunidad del partido cuando apenas habían dejado de sonar los himnos en los altavoces. Howard evitó el tempranero gol.

Se hicieron con el control del partido, pero los pupilos de Klinsmann querían ese control. Y, Bélgica, que se maneja mejor viviendo del error ajeno, no dudó en dar ese pasito atrás. No deja de resultar sorprendente lo bien que se asocia un equipo de jugadores evidentemente menos dotados que la mayoría de este Mundial, pero que tiene unos conceptos lógicos aplastantes. Si el lateral, Beasley, es el más bajito, será el que no defienda en los córners, perpetrado en el centro del campo para lanzar las contras. Si se lesiona el sobresaliente lateral Johnson, Yedlin saldrá a interpretar el juego de la misma manera. Largas carreras para recibir balones largos, sabiendo que Vertonghen sufre en espacio abierto.

Pero, como decimos, no son un equipo que sobresalga en lo técnico, y cada error suponía conducciones y carreras largas de gente como De Bruyne, Mertens y, sobre todo, Hazard, que provocaba pánico cada vez que recorría 10 metros con el balón. De todas formas, ni Estados Unidos con el balón ni Bélgica agazapado y corriendo consiguieron adelantarse, siendo las oportunidades más “UYS” de la grada que otra cosa.

Con todo, algo cambió al empezar la segunda parte. Puede que Wilmots convenciera a sus jóvenes valores que si querían pasar a la siguiente ronda, conseguir lo que anhelaban, había que avasallar, triturar, pasar por encima a la bien engrasada máquina ‘yankee’. Y así fue.  Los belgas empezaban a llegar por doquier, por velocidad, con control del balón, en conducción o con centros lejanos. De Bruyne dirigía y mandaba, por encima incluso de Hazard, y Vertonghen remedió sufrir las subidas de Yedlin martirizándolo con las suyas, en un despliegue físico y técnico maravilloso. Más aún para un jugador que acostumbra a jugar en su club como central.

Estados Unidos resistía de milagro. Howard se convirtió en un muro infranqueable, que achicaba como podía el aluvión belga. Hasta 13 atajadas del veterano. Unas abajo y rasas, otras a media altura, en uno contra uno y en remates de primeras. Lo dicho, un muro. El resto de su equipo sufría el aplastamiento de ‘los diablos rojos’. Pese a ello, tuvo su única ocasión clara del segundo tiempo en las botas de Wondolowski, cuando el tiempo reglamentario llegaba a su fin. Puede que Courtois le intimidara con su presencia, puede que le privara de la luz con su altura, porque pareció que el estadounidense desistió de marcar al ver al larguirucho meta, marrando una ocasión inmejorable de pasar a cuartos. Porque claro, en la prórroga, entró Lukaku.
Siendo Howard un muro, Lukaku fue un ariete, encargado de derribarlo para que todos sus compañeros pasaran. Herido en su orgullo al ver que Origi le adelantaba en la titularidad, entró dispuesto a demostrar lo que vale. Lo logró, y de qué manera. Apenas había pisado el césped  cuando le pusó el cuerpo a Besler, que salió disparado como si hubiera chocado contra un árbol. Se adentró en el área y asistió a De Bruyne que, tras hacerse hueco en el área, cruzó lejos del alcanze de  Howard. Cada vez que recibió Lukaku, causó pánico. Cada conducción era un encierro de San Fermín. Los defensas nada podían hacer para pararlo y, en una contra fulminante, De Bruyne le devolvió la asistencia, remachando Lukaku con fuerza y decisión, asegurando el pase a Bélgica a cuartos y su titularidad.

¿Asegurando? Para nada. Estados Unidos mantuvo a todo el país belga con el susto en el cuerpo. Al empezar el segundo tiempo de la prórroga, Bradley, superlativo, envió un gran pase al recién ingresado Green, que sin dejarla botar envió el balón al fondo de las mallas. Y los norteamericanos siguieron intentándolo. Jones casi marca tras un rechace dentro del área y  Wondolowski la tuvo delante de Courtois tras una jugada de estrategia perfectamente ejecutada. Las ocasiones se fueron al limbo, y la selección de Estados Unidos se va para casa.

Se va, eso sí, con un proyecto entusiasta en manos de Jürgen Klinsmann. Jugadores como Bradley, Jones, Yedlin, Besler, Dempsey... demuestran el buen rumbo que lleva el ‘soccer’ en el país norteamericano. Mientras los mejores atletas sigan prefiriendo el fútbol americano o el baloncesto, podemos estar tranquilos. El día que se pongan, echémonos a temblar. Un LeBron James jugando desde niño a fútbol sería, simplemente, imparable.

Pasó Bélgica a cuartos con algunas dudas y otras afirmaciones. Hazard debería dejar de buscar el gol de su vida en cada jugada, pues le llegará más fácil si no lo ansía. Y Fellaini es un rematador, pero resulta un auténtico tapón para el propio equipo cuando este trata de elaborar. No me extrañaría ver a Dembele en su puesto para el cruce ante Argentina, siendo e peludo centrocampista ‘red’ un recurso alternativo. Las certezas son Vertonghen, descomunal jugador, un filón en la izquierda, De Bruyne, canalizador absoluto del juego belga y Lukaku, que motivado y centrado es un delantero como pocos hay. Ante Argentina les vale más buscar el control del balón y avasallar a la trémula defensa de Sabella que especular con el control del partido. La principal razón lleva el 10 y se llama Lionel.

Escrito por @remiggius

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