Varela pospone el sueño americano
Hace medio siglo, Martin Luther King, importante
figura de la historia de Estados Unidos, pronunció en su famoso discurso que
tenía un sueño. Si hubiéramos preguntado a los aficionados americanos cuál era
el suyo para la cita de Brasil no distaría mucho de lo que están viviendo. Tras
haber vencido a Ghana en su debut, un gol en el minuto 95 de Varela les privó
de su clasificación a octavos, dejándoles a un punto de la misma. Tendrán que
esperar al partido contra Alemania, en el que a ambos les vale el empate. Aún
así, visto el juego desplegado por esta selección, el sueño americano parece
que se cumplirá.
Un sueño que se transformó en pesadilla para Portugal.
Comenzaron ganando, gracias a un gol de Nani en el minuto cuatro, tras un grave
error defensivo de Cameron, que no acertó en el despeje y dejó el balón franco
para el disparo del jugador portugués. A partir de ahí, Portugal se fue
diluyendo y se engrandeció el equipo de Estados Unidos. Beckerman, Jones y
Bradley se hicieron los dueños del mediocampo y comenzaron a crear mucho
peligro con sus conexiones con Dempsey, y sobre todo con Fabian Johnson. El
lateral derecho americano encontró una autopista durante todo el partido, y los
jugadores portugueses fueron incapaces de pararlo. Por momentos el partido
recordaba al España - Holanda. Portugal parecía cansada y no conectaba bien con
Cristiano, al que todavía se le ve renqueante de la lesión, y Estados Unidos
tenía una marcha más, ganaba todos los balones divididos e incomodaba
constantemente a la defensa portuguesa. A pesar de ello, la ocasión más clara
de la primera mitad fue un tiro de Nani que dio en el palo tras el rechazo de
Howard originando una segunda jugada que acabó con una gran parada del portero
americano a tiro de Éder.
Para la segunda parte Paulo Bento intentó frenar la
hemorragia que suponía su banda izquierda y dar mayor protagonismo al medio del
campo con la inclusión de William Carvalho por el lateral izquierdo André
Almeida. Con este cambio Veloso pasaría a esa posición y Carvalho ocuparía el
eje del equipo. Casi fue peor el remedio que la enfermedad. Si Johnson en la
primera parte creó peligro, en la segunda se convirtió por momentos en el Cafú
de su mejor época con Brasil. Portugal hacía aguas por su banda izquierda y
Johnson lo aprovechaba con una internada tras otra. En una de ellas llegó hasta
la línea de fondo para dar el pase de la muerte a Bradley, cuyo disparo sacó
Ricardo Costa bajo palos. Era el preludio de lo que iba a suceder, pues Estados
Unidos se hizo con el dominio del partido, ante una selección lusa que sólo
podía defender. En el minuto 65, Jones, que campaba a sus anchas por el centro
del campo, cogió un balón en la frontal, recortó hacia la derecha y la pegó ajustada al palo
izquierdo de Beto, que nada pudo hacer. Un gran gol que hacía justicia al juego
desplegado por los norteamericanos. La réplica portuguesa llegó por medio de
Meireles pero fue detenida bien por Howard. Aún así, Estados Unidos no se
conformó y en otra galopada de Johnson por la derecha y tras una serie de
rebotes el balón le llegó a Zusi, que centró suave a Dempsey para que la
empujara con lo que pudiera. Sólo él sabe con qué parte del cuerpo la metió,
pero el gol fue válido y con él llegó la locura para la afición americana
presente en Manaos. Cuando todo parecía un desastre para Portugal, Cristiano,
muy por debajo de su nivel otra vez, cogió un balón en la banda derecha y
dibujó un centro medido para la cabeza de Varela, que remató en plancha
haciendo el empate definitivo.
Un empate que aplazó el pase americano a octavos, y
que no elimina matemáticamente todavía a Portugal. Los estadounidenses
necesitan un punto más, y los portugueses vencer a Ghana y que Alemania golee a
Estados Unidos. Lo que sí dejó claro el partido es que Estados Unidos no va de
farol y oposita seriamente al pase a octavos de final. Luego quién sabe,
Estados Unidos seguirá soñando.
Escrito por Pablo Gugel.
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