Apenas quedan 9 días para
que arranque el mayor evento futbolístico del planeta, y desde Pasión por el Futbol seguimos desgranando cada uno de los equipos
que participarán en él. Le toca el turno a Francia, uno de los ocho países que
se han conseguido proclamar campeones del mundo en algún momento de la
historia. Lo hizo en su casa en el 1998, cuando la generación de oro de “Les
bleus” derrotó por 3-0 en aquella final ante Brasil. Los Zidane, Barthez,
Henry… asombraron al mundo, ganando además la Eurocopa sólo 2 años después.
Esta generación de la que
hablamos, con algunos retoques evidentemente (Ribéry, por ejemplo), pudo tener
su despedida soñada en el Mundial de 2006. En aquella final recordada por el
cabezazo de Zidane a Materazzi, Italia les ganó en los penaltis. La transición
desde aquellos jugadores a los que pueblan esta convocatoria para Brasil no
pudo ser más traumática. Con los jugadores amotinados contra Domenech, los
galos no consiguieron ganar ningún encuentro de la fase de grupos. Se buscó la
alternativa en Laurent Blanc como seleccionador a raíz de aquello. El actual
entrenador del PSG no continuó tras la derrota en cuartos de final por 2-0 ante
la selección española. En la actualidad es el que fuera campeón del Mundo y de
Europa, Didier Deschamps, el encargado de remontar el vuelo con una nueva
generación de fantásticos futbolistas franceses.
COMO
LLEGAN:
No ha sido fácil para la
selección francesa el camino hacia el Mundial de Brasil. El sorteo en el
clasificatorio dejó a los pupilos de Deschamps en el mismo que la actual
campeona del Mundo: la selección española. Aunque consiguieron arrancar un empate
en el partido jugado en territorio español, en el duelo en París, que hubiera
podido decantar el primer puesto del grupo con su consecuente clasificación
directa, un gol de Pedro los sentenció a ir a la repesca.
El sorteo les emparejó con
Ucrania, selección a priori inferior a los franceses. No obstante, los
ucranianos sorprendieron a Francia, endosándoles un 2-0 que ponía muy cuesta
arriba la presencia del conjunto de Didier Deschamps en la cita mundialista.
Para desgracia de la selección ucraniana, dos goles del central del Liverpool,
Sakho y uno de Karim Benzema daban la vuelta a la eliminatoria y clasificaban a
Francia para el Mundial de Brasil.
Más suerte podemos decir que
han tenido en el sorteo del grupo de la primera fase del Mundial brasileño. Las
selecciones de Honduras y Ecuador no deberían suponer mayor preocupación para
Francia si estos últimos juegan de acuerdo a la calidad que atesoran. Suiza es
superior a los dos contendientes americanos, sí, pero todo lo que sea no ver a
Francia pasar como primero de grupo sería una gran sorpresa. Además, si se
cumplen los pronósticos, su cruce de octavos de final será el que quede en
segundo lugar en el grupo de Argentina, que también a priori liderará su
primera fase. Es decir, Bosnia, Nigeria o Irán, todas ellas inferiores (siempre
hablando en términos apriorísticos) a Francia.
LA
ESTRELLA: FRANCK RIBÉRY
El jugador del Bayern de Munich
ya ha manifestado que este será el último Mundial de su carrera. Haciendo una
analogía con la última gran estrella francesa, Zidane, podemos pensar que eso
será un plus para su concentración y ganas de rendir en este campeonato, como
ya lo hiciera el ex del Real Madrid, y esto le lleve a ser el jugador más
determinante y decisivo de su equipo, además de su indudable talento. Además
ejerce de líder en un vestuario plagado de jóvenes pero inexpertos valores.
Con los años ha perdido esa
punta de velocidad que lo caracterizaba como un extremo de los toda la vida.
Por el contrario, esa madurez le ha ayudado a entender mejor el juego
colectivo, transformándose más en un segundo punta que gusta de moverse entre
líneas. Este año, además, se le ha visto (al igual que a Robben) más
asociativo, debido al esquema de juego implantado por Pep Guardiola en el
Bayern. Su visión de juego ha sido clave para desatascar partidos ante rivales
muy encerrados en su terreno.
En definitiva, si Francia
desea conseguir un buen registro en este campeonato del Mundo necesita de la
mejor versión de Ribéry que, a su vez, querrá despedirse de los mundiales con
una actuación que puedan recordar sus compatriotas.
EQUIPACIÓN:
CONVOCATORIA:
Porteros:
Hugo Lloris (Tottenham), Steve Mandanda (Marseille), Mickaël Landreau (Bastia).
Defensas:
Mathieu Debuchy (Newcastle United), Lucas Digne (PSG) Patrice Evra (Manchester
United), Laurent Koscielny (Arsenal), Eliaquim Mangala (Porto), Bacary Sagna
(Arsenal), Mamadou Sakho (Liverpool), Raphaël Varane (Real Madrid).
Mediocampistas:
Yohan Cabaye (PSG), Clément Grenier (Lyon), Blaise Matuidi (PSG), Rio Mavuba
(Lille), Paul Pogba (Juventus), Moussa Sissoko (Newcastle), Mathieu Valbuena
(Marseille).
Delanteros:
Karim Benzema (Real Madrid), Olivier Giroud (Arsenal), Antoine Griezmann (Real
Sociedad), Loïc Rémy (Newcastle), Franck Ribéry (Bayern Munich).
COMO
JUEGAN:
La selección francesa se
nutre de jugadores con un potencial físico fuera de lo común, que además tratan
el cuero con habilidad y criterio. Jugadores como Varane, Pogba, Matuidi o
Benzema encajan en este aspecto y en ellos se basa Deschamps para construir su
juego, además de Ribéry, por supuesto.
En ataque, la formación que
veremos plantada en el césped es un 4-3-3 con Varane tratando de jugar el balón
desde la defensa, buscando normalmente a Cabaye, el jugador con más sentido del
juego de los galos. En defensa, no obstante, se repliegan en un 4-1-4-1, con el
mediocentro (Cabaye o Matuidi) más cerca de los centrales y los jugadores de
banda realizando ayudas a sus respectivos laterales.
En la portería Hugo Lloris
es fijo. Pese a haber recibido numerosas goleadas esta temporada en el
Tottenham, la confianza de Deschamps es total en el arquero. Bueno bajo palos y
sin tratar de complicarse mucho en las salidas, puede ser decisivo en
hipotéticas tandas de penaltis. Su liderazgo dentro del vestuario es indudable.
Debuchy parece fijo en el
lateral derecho galo en Brasil. Muy seguro en tareas defensivas y con
inteligencia posicional, su mayor debe se encuentra cuando cruza la línea divisoria,
pues su habilidad con el balón en los pies es limitada. Por la izquierda la trayectoria
y veteranía le entregan a Evra ventaja en el lateral. Fortísimo en el uno
contra uno y con acierto para decidir los momentos de doblar a Ribéry.
El eje de la zaga plantea
más dudas. Si llegan bien, apostamos por Varane como jefe atrás. Una velocidad
inusual para un jugador de su talla, un trato del balón exquisito y gran
contundencia en los balones divididos así nos lo hacen pensar. El otro central
puede que sea Mangala. Como Varane, es un superdotado físico. Aúna velocidad y
fuerza en un cuerpo compacto, además de ser un marcador como el mejor. Si
alguno de los dos llegara con problemas, el elegido parece que será Sakho. Con
un juego aéreo fuera de lo común es un seguro en las dos áreas a balón parado.
Koscielny ha dejado demasiadas dudas en anteriores encuentros clave de los
franceses como para pensar en él como titular.
El centro del campo parece
claro, y de la compenetración entre ellos tres depende en buena medida las
opciones de Francia. Sobre todo en partidos ante grandes rivales.
Con dos potencias físicas
como Matuidi y Pogba, Deschamps se asegura presencia en prácticamente todo el
campo. El primero se encarga más de las ayudas a cada uno de sus compañeros,
siendo esa “muleta” en la que todos se apoyan para que les ahorre kilómetros.
Uno de esos jugadores que enamora a todo entrenador. El jugador de la Juve se
ha destapado como un auténtico todocampista. Su velocidad en las transiciones y
su golpeo desde fuera le convierten en una verdadera amenaza para el rival.
Puede que Deschamps vea en ellos una nueva versión de Makelele y Vieira, que
conseguían doblegar a cualquier mediocampo rival. A ellos une el seleccionador
francés a un tercero que le permita hacer llegar el balón a la gente más
adelantada si se encuentran ante rivales más cerrados, pero que no esquiva el
trabajo defensivo si este se presenta. Hablamos de Cabaye. Como hemos dicho, es
la primera opción de pase para la defensa cuando sacan el balón jugado desde
atrás. Un centrocampista de los de siempre.
Arriba se abre el abanico de
posibilidades para el técnico galo. Si bien lo más probable es que de salida
sean Ribéry por la izquierda y Valbuena por la derecha los que acompañen a
Benzema en la delantera, “Les bleus” tienen recursos para preocupar a sus
rivales de modos diferentes. Valbuena es un jugador que aunque puede que parta
de la derecha, su tendencia es a buscar posiciones más centradas para tratar de
entrar más en contacto con el balón. Ribéry, por su parte, también gusta de
centrarse desde el lado zurdo, aunque en este caso más para dar el pase
definitivo o chutar a puerta. Además, bien es sabido que Benzema no es un
“nueve” al uso, sino más bien un centrocampista que juega de delantero.
Queremos decir que su sentido del juego es inigualable por otro delantero del
mundo, pero adolece de ese instinto asesino que distingue a los grandes arietes
mundiales. Con todo, Giroud ofrece a Deschamps otra alternativa al ataque, pues
aporta centímetros, así como Remy un plus de velocidad y potencia. De cualquier
forma, su temporada en la Real Sociedad invita a pensar que el primer cambio
para tratar de cambiar algo en la línea más adelantada será Griezmann, capaz
tanto de asociarse como de abrir la banda para colocar centros, además de
conducir vertiginosos contraataques.
Que nadie descarte a
Francia.
Escrito por @remiggius . Seguidnos en @pasionporfutbl
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