GETAFE ES DE PRIMERA
Partido muy complicado el que tenía por delante el
Getafe, en casa de un Rayo Vallecano que quería despedir la temporada con un
triunfo ante su afición, previo al desmantelamiento que va a sufrir en verano,
parece ser que entrenador incluido. El Getafe necesitaba puntuar para
mantenerse un año más en la máxima categoría del fútbol nacional, y así no
tener que depender de carambolas en los partidos que se jugaban a la misma hora
entre sus rivales en la lucha por no descender.
El partido lo empezó dominando el Rayo, con buenas
combinaciones y llegadas por las bandas, aunque sin ocasiones demasiado claras.
Por momentos parecían los papeles cambiados y era el conjunto de Vallecas el
que daba la sensación de que se estaba jugando la vida. Además, las cosas se complicaron
para el Getafe, que tuvo que realizar un temprano cambio por la lesión muscular
de Juan Rodríguez, uno de los pilares del mediocampo, que fue sustituido por
Borja Fernández. Sin embargo, poco a poco el conjunto de Paco Jémez se fue
diluyendo en el partido y fue el Getafe el que se hizo con el control del
mismo, gracias en gran parte a la omnipresencia de Pedro León, que empezó a
nutrir de buenos balones a los delanteros. Fue un dominio más por corazón que
por juego, pero fue suficiente para el conjunto azulón en la primera parte. A
falta de dos minutos para el descanso, el delantero rumano del Getafe, Ciprian
Marica, hizo efectivo ese dominio con un golazo fabricado por él, que recibió
el balón en tres cuartos de campo, regateó a dos defensas y conectó un certero
disparo ajustado al poste izquierdo ante el que nada pudo hacer el portero
rayista Rubén. No hubo tiempo para más y con esto se llegó al descanso.
El descanso fue bastante más largo de lo habitual
debido a que la liga decidió que todas las segundas partes de los partidos
empezaran a la misma hora que la del Osasuna-Betis, como consecuencia del
dramático accidente que se produjo en el Sadar. Así pues a las 19:30 comenzó la
segunda parte y ya de entrada el Rayo realizó dos cambios muy ofensivos. Toda
una declaración de intenciones de su entrenador que sustituyo al lateral
derecho Tito y al centrocampista Baena, por el delantero Seba Fernández y el
extremo Rochina. A partir de entonces el Rayo pasó a jugar con defensa de tres
y con un equipo altamente ofensivo, mientras que el Getafe se dedicó a esperar
atrás y salir a la contra. La segunda mitad fue mucho más entretenida que la
primera, con mayor ritmo y mucha más tensión. Se notaba que había mucho en
juego. El Rayo pasó a tener el monopolio del balón, aunque su exceso de
jugadores atacantes le dificultaba la transición rápida de la pelota. Sin
embargo, todo cambió en el minuto 67 cuando Trashorras convirtió un libre
directo, que en principio era un centro pero que tras el bote se comió el portero
brasileño del Getafe, Julio César. A partir de ese momento la presión del Rayo
fue agobiante y el Getafe se encerró atrás, viendo por momentos peligrar su
permanencia. La jugada clave del partido ocurrió en el minuto 89, tras otro
centro a balón parado de Trashorras, el portero del Getafe realizó un paradón
al central rayista, Galeano. Una parada que vale una permanencia, y gracias a
la cual pasó de villano a héroe en solo veinte minutos. Tres minutos más tarde,
una contra del Getafe que pilló totalmente desprevenido a la defensa del Rayo,
acabó en penalti de Rubén a Sammir, que convirtió Ciprian, para así redondear
una tarde magnífica para él. Con esta jugada se llegó al final del partido y
finalizó la agonía del Getafe en la segunda parte.
Con más sufrimiento del esperado, pero el Getafe
permanecerá otra temporada más en Primera División, siendo así la que viene su
undécima consecutiva, todo un milagro para un equipo modesto del sur de la
Comunidad de Madrid. Un año más, Getafe es de Primera.
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