Crónica de una muerte anunciada:
Holanda le pintó la cara a una España totalmente desconocida que defendía por primera vez su título de vigente campeón del mundo. Una segunda parte desastrosa para los de Del Bosque le valió a los holandeses para endosarle una manita histórica para vengar la pasada final del mundial.
Era viernes trece, pero nadie esperaba que esta España iba a vivir en sus propias carnes una pesadilla que aún cuesta creerse del todo. La roja volvía a un campeonato del mundo y lo hacía con cuatro jugadores nuevos respecto al once que nos llevó a la gloria en Johanesburgo: Azpilicueta, Jordi Alba, Silva y Diego Costa.
Mientras tanto, Holanda a lo suyo, con una concentración excelente y con la lección bien sabida de la pasada final. Van Gaal tenía un plan y lo llevó a cabo a la perfección. Sabía que España, fiel a su estilo hasta la muerte, iba a tocar y tocar, con lo cual pensó que la mejor manera de hacer daño a la roja era los balones a la espalda del defensa, ya que Ramos y Piqué siempre estaban en medio del campo cuando la posesión era suya.
El plan comenzó a surgir efecto en el minuto 8, tras un fallo de Jordi Alba que dejó el balón muerto con el pecho. Esta situación la aprovechó Sneijder para quedarse solo frente a Casillas, pero Iker realizó una estupenda parada para evitar el 0 a 1. La parada de Iker parecía atisbar que el santo volvía a estar aquí, pero fue solo un espejismo y una muestra de debilidad defensiva clara.
Con el paso de los minutos, España comenzó a sentirse mas cómoda. Iniesta comenzó a encontrase con el balón y Xavi llevó la batuta durante quince minutos a la perfección. Precisamente un pase de Xavi lo recibió Diego Costa, el cual amago y forzó el penalti que mas tarde anotaría Xabi Alonso.
Con el uno a cero llegó la relajación. España, no se si porque ha ganado todo ya o porque no le da el físico comenzó a desaparecer como si de una pastilla efervescente se tratara. Antes del comienzo del descalabro, David Silva, en el minuto 42 de la primera parte se plantó frente a Cillesen pero no pudo marcar la vaselina que intentó. Quizás al mago de Arguineguin le sobró creatividad y le faltó hambre e intensidad, algo que no le faltó a ninguno de los jugadores holandeses.
Justo tras el fallo de Silva ante el portero del Ajax, un pase teledirigido de Blind llegó a Robin Van Persie, el cual, sin dejarla botar remató de cabeza dejando petrificado a un Iker Casillas a media salida. Este primer gol confirmó lo que en el minuto 8 se comenzaba a atisbar, la debilidad de la zaga española fue mas que evidente. Pique rompió el fuera de juego y Ramos llegó muy tarde a la jugada.
Tras el descanso, la lluvia que caía sobre Arena Fonte nova hacía presagiar lo que vendría por delante. Quizás es la peor parte que he visto yo a España desde la Eurocopa del 2008. Sin intensidad, sin fuerzas, sin el coraje de antes, sin mordiente, sin reacción alguna y sin ángel. Ese ángel que nos acompañó en las dos pasadas Eurocopas y en el pasado mundial.
En el minuto 53 se calcó la jugada del empate de Holanda pero con distinto protagonista. Esta vez fue Arjen Robben el que pincho un gran pase desde la izquierda para, acto seguido, burlar a Piqué con un quiebro hacia su pierna izquierda y batir a Casillas, que en este gol nada pudo hacer.
Quedaba un poco mas de media hora y España comenzó a notar cierta inquietud. Del Bosque dio paso a Torres y a Pedro, sentando a Xabi Alonso y a Diego Costa. Pero el problema no era ese. La defensa tan adelantada, descordinada y desconcentrada, sumada a que el capitán del barco, Xavi, se había quedado sin gasolina hacía ya unos minutos presagiaba la crónica de una muerte anunciada.
En el minuto 67, una falta lateral botada por Sneijder fue aprovechada por De Vrij, tras salida en falso de Iker Casillas y carga ilegal de Van Persie en el área pequeña. El gol no tendría que haber subido al marcador por la falta del capitán holandés pero la jugada se saldó con gol y amarilla para un Casillas que estaba fuera de si fruto de la pesadilla que estaba viviendo este viernes trece.
Los goles iban llegando con el paso de los minutos. El cuarto y el quinto se lo repartieron Van Persie y Robben. El gol de Van Persie es mas de la mitad gracias a la pifia de Casillas, que confirmó su peor día como portero de la selección regalando un balón a placer tras un mal control.
El último gol llegaría tras un sprint de Robben alucinante para ser el minuto 80, dejando a Ramos atrás. Regateó dos veces a Casillas y remató a placer. Su celebración es muy significativa, llena de rabia, de venganza y de alegría.
Un auténtico mazazo para la vigente campeona del mundo y de Europa que ahora tiene que jugar con los números para pasar de fase de grupos si no quiere hacer el mismo ridículo que hizo Francia en el mundial de 2002. Esperemos que esto no sea una historia paralela.
Escrito por @carlosdeelaa
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