DE ESTÉRILES Y VIRILES:
Albergaba el Camp Nou la bautizada Final de la Liga. Atleti
y Barça se enfrentaban en la jornada 38 jugándose el título liguero. El local,
el Barcelona, debía buscar la victoria para conseguirla. Al visitante, el
conjunto de Simeone, además de vencer le valía el empate, en una analogía de
los puntos negativos y positivos ya desaparecidos, donde empatar como local se
penaba con un -1 logrando el visitante un +1.
Si en las dos últimas jornadas ninguna de las dos escuadras
había conseguido la victoria, la lógica y la estadística apuntaba que así siguiera, y sólo era posible
con el empate que se ha producido. Un 1-1 que encumbra a los cielos a los
colchoneros, que por méritos propios se han metido entre los que parecían los
únicos candidatos a ganar el campeonato, acabando invictos tanto ante Barça
como Real Madrid.
Empezó el partido con el guión que todos esperaban. El
Atleti presionaba en todo el campo, con las líneas muy juntas, buscando la
portería de Pinto tan pronto como recuperaban la pelota, bien con pases
directos o bien abriendo a las bandas, donde siempre encontraban superioridad
ante los laterales azulgrana. Los barcelonistas por su parte intentaban tener
el balón. Y digo intentaban porque jamás consiguieron mantener una posesión
larga de las que acostumbran, de las que sitúan al equipo, organizándose
alrededor del balón.
No encuentra ni parece que vaya a encontrar remedio el Barça
de Martino para una estrategia defensiva tan simple como efectiva. Como hizo el
Elche la semana pasada y enésimos
equipos antes que ellos, “si el Barça juegan sin nueve, vamos a provocar que
centren a la nada”. Así una y mil veces. Y en la ejecución de estrategias nadie
mejor que este Atleti.
Todos los balones parados llevaban peligro para el Barça,
así como los centros laterales. Koke tiene un guante y los culés escasean de
centímetros. Pese a ello, cedieron demasiados córners y faltas laterales.
Miranda remató una fuera a los 6 minutos, y una indecisión entre Piqué y Pinto
casi acaba con el balón en las mallas tras centro de Juanfran, en jugada
calcada a la del gol de Adrián en Stamford Bridge.
El primer varapalo para los atléticos llegó en el minuto 13.
En una carrera Diego Costa, que llegaba tocado, se rompió en músculo y alma, y
no pudo reprimir las lágrimas al ser sustituido por Adrián. Apenas 5 minutos
después era Arda el que caía lesionado y entraba por él Raúl García. Puede que
por el golpe psicológico, el Atleti se echó unos metros hacia atrás en todas
sus líneas, dejando paso a los mejores minutos culés, si es que se puede decir
así. Se ordenó más cerca de la portería rival, con el carril de Alves siempre
libre. Sus centros, deficientes como siempre, adolecieron de rematador. Como
siempre.
De la nada salió el gol del Barça. Un balón colgado por Cesc
trató de controlarlo Messi con el pecho. Salió largo el balón, cayendo cerca de
Alexis que enganchó un derechazo tal cual llegaba el esférico que se coló
imparable por la escuadra corta de un Courtois que, hasta entonces y a partir
de este momento no volvió a estar exigido.
Acabó la primera parte como empezó la segunda, con una
sucesión de córners favorables al Atético, cada uno concedido por los azulgrana
de forma más cómica que la anterior. La defensa azulgrana temblaba y en uno de
ellos llegó el gol. Cuando el luminoso marcaba el 48 de juego, Godín entrando
solo y rematando igual, envió al fondo de las mallas uno de los excelsos centro
de Koke. Pinto no tuvo reacción, lanzándose muy tarde, y la defensa temblaba,
pues minutos antes Villa disparó a la madera un zurdazo a la media vuelta. Las
malas noticias acabaron de llegar 10 minutos después cuando Busquets se
lesionó, dando entrada el Tata a Song al cabo de unos instantes.
El resto del partido fue un quiero y no puedo para el Barça.
El Atlético estaba muy cómodo encerrado y despejando los centros de Adriano y
Alves, huérfanos de ariete, o los caracoleos imposibles de Messi o Neymar, que
entró por Pedro en el minuto 62. Y es que las ayudas cuando recibían uno de los
dos eran dobles e incluso triples, en un despliegue físico que tuvo su tercera
víctima en Adrián, que pidió el cambio al lesionarse. Sosa entró por el
asturiano.
En el minuto 64 encontramos la jugada polémica del partido.
En un centro de Alves el balón sale rechazado y Messi empala con la zurda para
marcar. No obstante, el asistente de Mateu Lahoz señaló fuera de juegó del
argentino y el tanto fue anulado. Error del juez, que no vio que el balón
tocaba en Juanfran y no en jugador alguno del Barça. Ningún blaugrana, en el
campo ni en la grada, protestó lo más mínimo, como si se entendiera que no se
merecía ni el gol ni la Liga, en un ejercicio de impotencia sin parangón.
Apenas volvió a inquietar el Barça al equipo de Simeone,
descontando un lejano tiro de Alves que desvió Courtois. Y es que las contras
del Atleti hacían parecer que estaba más cercano el 1-2 que el posible 2-1,
obteniendo siempre faltas o córners a su favor.
Se despidió el Camp Nou con pitos de sus propios jugadores,
en una forma irrisoria, nostálgicos de una forma de jugar que no hace tanto les
dio los mayores triunfos, catalogándose por muchos como el mejor equipo de la
historia. No parecieron querer nunca esta Liga, mostrando una falta de apetito
competitivo que le sobró a su rival de hoy, en un fin de Liga que muestra el
fin de un equipo al que se le marchan dos de los tres capitanes.
Gana así el Atlético de Simeone su décima Liga española. Lo
hace en el Camp Nou, hogar del anterior campeón. Y lo hace siendo aplaudido por
la afición culé. Hace dos temporadas que el argentino cogió al conjunto
eliminado por el Albacete en Copa y muy cerca de los puestos de descenso. Solo
dos temporadas después ya son campeones ligueros con todo merecimiento. En un
equipo en el que no existen jerarquías y en el que solo manda el entrenador es
más fácil involucrar a toda la plantilla. Todos asumen su rol y luchan por ver
quien corre más y le alivia mayor cantidad de trabajo al compañero, sin pensar
jamás en el siguiente partido. Ni aunque el próximo sea la final de la que
puede ser su primera Champions. Aunque se tenga que pagar el peaje de las
lesiones de Costa, Arda o Adrián. Partido a partido. Final a final. Campeonato
a campeonato.
Enhorabuena Atleti!
Alejandro Gómez
@remiggius
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