jueves, 15 de mayo de 2014

CRÓNICA SEVILLA 0-0 BENFICA (4-2) Europa League:

TURÍN Y OLÉ:


Una final más, sigue la maldición de Bela Guttman. Fue en esta ocasión el beneficiario el Sevilla, solo un año después de que los lisboetas perdieran la final del mismo torneo ante el Chelsea de Rafa Benítez.


Se decidió por penaltis la final de la Europa League disputada en Turín. El todo o la nada decidido por los lanzamientos desde los 11 metros. 120 minutos quedaban atrás. 120 minutos marcados por la voluntad de ambos conjuntos de no correr riesgos más allá de los mínimamente necesarios. 

Fue un partido trabadísimo. El Benfica quería salir jugando desde atrás, con Amorim, decreciente a lo largo del partido, incrustado entre sus dos centrales, Luisão y Garay. Defensivamente, los lisboetas trataban de presionar arriba, con Lima y Rodrigo sobre los centrales sevillistas. Los de Emery, por su parte, trataban de no arriesgar atrás, con repetidos desplazamientos en largo de un inmenso Pareja o de Beto. Poco fruto resultó de estos lanzamientos, pues Bacca naufragó, ahogado por una solvente defensa de los de Jorge Jesus.

Con estos planteamientos iniciales era absolutamente normal que las ocasiones llegaran en mayor parte tras acciones a balón parado, donde Garay o Luisão fueron una amenaza constante para la portería hispalense, o bien por errores individuales con el balón, donde Alberto Moreno, condicionado con una temprana tarjeta, tristemente destacó.

Precisamente en la acción de la tarjeta a Moreno se lesionó Sulejmani al caer, siendo sustiuido por Almeida unos minutos después. Cambió así el planteamiento del conjunto luso, pues se ubicaba un doble lateral en la banda derecha, con Maxi Pereira en la zona de interior diestro, donde pese a vérsele perdido llevó peligro, más por demérito de Alberto que por acierto en sus acciones.

Cambió el panorama cuando Rakitic bajó a recibir más cerca de los mediocentros, Mbia y Carriço creando una superioridad numérica que pocas veces supieron frenar Amorim y Gomes. No obstante, con Reyes desaparecido y Bacca perfectamente atado por la defensa rival, se tradujo en posesión poco fructífera, pues las mejores ocasiones de los de Emery llegaron al contragolpe, destacando una de Moreno en el minuto 36 que, tras una diagonal a través de todo el campo, recibió un pase de Rakitic. El disparo fue detenido sin excesivos problemas por Oblak.

No obstante, tras casi media hora de control sevillista, con el balón siempre fuera de zonas de peligro, empezaron a caer ocasiones sobre la portería de Beto. Sorprendente pues casi se encontraron los lusos con dichas oportunidades, propiciadas por pifias locales. Así, Maxi remató sin oposición un centro de Amorim, en el que Beto dudó en salir de su meta, arreglándolo con una buena manopla. Un minuto después desvió el portero luso un remate de Rodrigo tras un error en la salida de balón y, cuando parecía que Brych iba señalar el camino de los vestuarios, un mal despeje de Fazio puso a Gaitán enfilando la puerta sevillista. El propio Fazio se apresuró en solucionarlo, en una acción por la que la afición portuguesa pidió penalti.

Empezaba la segunda parte con un ritmo más alto que el primer tiempo. El Benfica llevaba la iniciativa y Gaitán empezaba enchufado, tal y como había acabado los primeros 45 minutos. Así en el minuto 48 llegaron casi de forma consecutiva tres ocasiones de los de Lisboa. En un córner favorable al Sevilla, Moreno, indeciso, pierde la bola y el uno contra uno ante Maxi, resbalándose. El envío del uruguayo lo recibe Lima, que se planta solo ante Beto. El mejor zaguero de los españoles, Pareja, salvó los muebles en dos ocasiones.

A todo esto, la otra portería a duras penas sufría sobresaltos, pues la segunda línea del Sevilla estaba lejos de un combativo pero estéril Bacca. Al cabo de unos minutos, no obstante, un robo de Rakitic plantó solo a Reyes delante de Oblak. El sevillano disparó fuera por poco. A partir de aquí, se vio al Reyes más participativo, disparando centrado primero y rematando con poca fe un centro desde la derecha poco después. Vitolo también se entonó, ganando la línea de fondo en un par de ocasiones, aunque sin encontrar rematador en ninguna de ellas.

Eran los mejores minutos del Sevilla, y en un calco de la primera parte, a medida que se acercaba el pitido final, empezaron a llover ocasiones del Benfica. Un potentísimo tiro de Lima desde lejos que desvió Beto y un remate de Garay tras otra salida en falso del meta portugués casi decantan la final a favor de “las águilas”.

Lo que iba a ser la prórroga se intuía desde los últimos minutos del tiempo reglamentario. Calambres por doquier y riesgos mínimos. Aun así, en el tiempo extra, tuvo Bacca en sus botas impedir que se llegara a los penaltis. Recibiendo un fantástico pase del mejor del partido, Rakitic, se plantó solo ante Oblak  tras ganarle por mucho en la carrera a la defensa lusa. Buscó el palo largo con el exterior de su bota derecha y el balón se marchó fuera por escasos centímetros.

El Sevilla marcó todos los penaltis:

El 0-0 envió el partido a los lanzamientos de pena máxima, y no pudo el Sevilla estar más acertado en ellos. Literalmente, no pudo. Sus cuatro penaltis, lanzados por Bacca, Mbia, Coke y Gameiro no pudieron ser más precisos y acabaron en las mallas. Condenaron al Benfica los débiles disparos de Cardozo y Rodrigo, tras carreras similares, en los que Beto contó con el beneplácito del árbitro para adelantarse mucho.

Gano así el Sevilla la Europa League. Un torneo al que entró tras ser noveno, ganando en la última jornada de la pasada Liga al Valencia, equipo que eliminó de la semifinal también en el último minuto llegando desde la primera previa del campeonato. Mucho mérito el suyo. Enhorabuena a los sevillistas que saldaron sus carencias  en el juego con fe, trabajo y lucha. Y Rakitic. Y OLÉ.

Alejandro Gómez

@remiggius

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