Empate y punto:
Acogía el Martínez Valero un partido de transistores. De los
que se juegan en varios campos a la vez, pues un gol en cualquier parte de
España cambia desenlaces para provocar llantos y euforias de todo tipo.
Y es que el Barcelona jugó en el campo del Elche, salvado ya
gracias al empate de esta tarde, pero mantiene vivas las esperanzas de alirón
en la última jornada gracias a lo ocurrido en el Calderón, donde el Málaga
consiguió arrancar un empate que le salva de forma matemática. Los azulgrana pueden
ser campeones más por deméritos ajenos que por méritos propios.
Empezaron bien los culés, monopolizando la posesión como
siempre y encerrando a los ilicitanos en su campo. Sin Xavi, las transiciones
eran más rápidas, pero menos precisas. Tuvo una buena ocasión Iniesta alrededor
del minuto veinte, pero su disparo se estrelló en el larguero. Conforme
avanzaba el partido, bien por cansancio o bien por ansiedad, el Barcelona se
volvió plano e inofensivo. Mérito de los de Escribá, que se cerraron bien por
el centro dejando las bandas libres, sabedores que los centros culés son
huérfanos de rematador. Como tantos otros equipos que se enfrentan al Barça, el
Elche colocó a tres mediocentros por delante de la defensa. El trabajo de Rubén
Pérez, Carlos Sánchez y un generosísimo Javi Márquez resultó clave para atascar
al equipo azulgrana. Se echó de menos a Jordi Alba en este sentido, pues para
romper defensas cerradas es mucho más apto que un Adriano que llevó poco
peligro por su banda. Sólo Messi, en dos ocasiones (una falta lateral que se envenenó y un chut
tras una diagonal)y Pedro, que remató un cabezazo que se marchó por poco pusieron
en aprietos a Manu Herrera en lo que quedaba de primera parte.
En el segundo tiempo llegaron las mejores ocasiones para los
visitantes. A los dos minutos, Messi se quedó solo ante Herrera tras un
servicio de Alves, pero se entretuvo y se quedó sin espacio. Minutos más tarde,
Alves no consiguió rematar un servicio desde la izquierda. Intentó un remate de
tacón con la zurda pero no llegó ni a contactar con el balón. El Barça se
aceleró más si cabe con la noticia que llegaba del gol del Málaga, y las
imprecisiones y precipitaciones se sucedieron. Tello sustituyó a un
desacertadísimo Pedro, pero no logró aportar la profundidad que se le
requería. Un participativo aunque poco decisivo Cesc dejó su sitio a
Xavi a 10 minutos del final, dándole al equipo una calma de la que adolecía
pero que probablemente no necesitaba. El Elche, comodísimo en su papel tuvo su
gran ocasión en las botas de Rodrigues, tras un contraataque magnífico de
Boakye. El disparo se fue alto y el partido quedaba abocado al 0-0. No
obstante, Adriano pudo marcar el golazo que tantas veces le hemos visto.
Recibió escorado a la izquierda y disparó con rosca con su pierna derecha. El
balón se fue fuera por centímetros.
Queda así la consecución de la Liga aplazada para la última
jornada. Una victoria azulgrana vale el título. Un empate o la victoria del
Atlético harían volar la celebración liguera a orillas del Manzanares. Una Liga que nadie parece querer ganar.
Alejandro Gómez
@remiggius
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